Crítica de Riverboom: Una delirante road movie devenida en una auténtica odisea periodística

Crítica de Riverboom: Una delirante road movie devenida en una auténtica odisea periodística

Afganistán, un año después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Mientras la prensa mundial se concentra en la ciudad de Kabul para cubrir los acontecimientos luego de la invasión estadounidense, tres jóvenes periodistas deciden embarcarse en una travesía de dos meses a lo largo del país para conocer de cerca al pueblo afgano. El plan es recrear el trayecto realizado por la escritora de viajes y fotógrafa suiza Ella Maillart en 1939.

El relato de esta road movie delirante y sorprendentemente divertida avanza en la voz en off de Claude Baechtold, que en realidad por aquel entonces no era periodista, sino un cineasta en ciernes. Mientras saca fotos sin parar y registra todo con una filmadora digital que consiguió en un bazar de segunda mano en Kabul, el joven nacido en Lausanne y graduado en Diseño Gráfico intenta entender y explicar al público, cómo fue que terminó adentro de ese auto en medio de un conflicto bélico.

La propuesta de viaje se la hizo su amigo, el reconocido periodista Serge Michel, contratado como cronista por el diario francés Le Figaro. Claude tuvo poco tiempo para decidir, y fue la trágica muerte de sus padres en un accidente automovilístico lo que lo impulsó a lanzarse a esta aventura, como forma de lidiar con el trauma.

A bordo del auto está también el italiano Paolo Woods, un reportero todoterreno e inmune al peligro. Sus rigurosas fotografías en blanco y negro contrastan con la vivacidad del ojo amateur de Claude, ofreciendo así dos aproximaciones distintas a un mismo territorio.

Alejada de cualquier lugar común, rebosante de creatividad y guiada por tres personajes tan entrañables como auténticos -actitud que les permitirá mezclarse con los locales y salir ilesos de cualquier situación riesgosa-, Riverboom funciona como una comedia pero también construye un retrato que trasciende el imaginario occidental y muestra otra cara, menos explorada, de un país diverso y complejo. Es, en definitiva, una odisea narrada desde la esencia misma del periodismo, y el mejor homenaje a una manera de ejercerlo que se ve cada vez más amenazada por las nuevas formas de consumo.

Como si la historia no tuviera suficientes giros, al regresar del viaje, todo el material filmado se perdió. Pero dos décadas después las cintas reaparecieron, y es esa distancia temporal del conflicto y la misma lógica de lo improbable lo que le permite a Baechtold darle a un contexto tan dramático la óptica de un viaje personal y alucinante.

Riverboom, de Claude Baechtold
2024 – Suiza
Sección: Competencia oficial internacional

Seguí la cobertura del 25 Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente en este enlace.

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