Una pareja de jubilados embarcó en un crucero de lujo y llevan tres años navegando: «es más barato que una residencia»

Marty y Jessica Ansen llevan 57 años casados y les encanta viajar en crucero, aunque por trabajo y familia no lo hicieron todo lo que les habría gustado. En junio de 2022 decidieron dar un giro radical a su estilo de vida y se subieron por primera vez al crucero Coral Princess en Brisbane, Australia. Ese momento marcó una travesía por los siete mares que todavía no ha terminado.

Desde entonces han viajado en unos 111 cruceros, haciendo de estos enormes barcos su nuevo hogar flotante, con reservas confirmadas hasta septiembre de 2027. Según su familia, recorrer el mundo a bordo de un crucero es más barato que una residencia … y mucho más divertido.

De vacaciones infinitas

Tal y como la compañía de cruceros Princess Cruises en Australia compartía en su perfil de Instagram, Marty y Jessica Ansen llevan 2.335 días de su vida embarcados en cruceros, en 111 travesías y ya tienen reservados 33 cruceros más hasta 2027.

Esta rutina de navegar sin pausa les ha permitido disfrutar de viajes por el mundo, con acceso a comida ilimitada, entretenimiento de alto nivel y un ambiente de comunidad a bordo donde se han hecho incluso amigos entre la tripulación y otros pasajeros.

A bordo, la pareja combina la aventura de despertarse cada día en un puerto distinto con una vida cómoda, ya que el crucero incluye servicios de limpieza y alimentación incluida, lo que les ahorra muchas responsabilidades propias de la vida en tierra. «Ahora ya no sabemos fregar los platos, ni hacernos la cama porque hace mucho tiempo que no lo hacemos. Así que ahora tenemos que quedarnos a bordo para sobrevivir», bromeaba Marty en una entrevista para la televisión australiana.

Además, pueden mantenerse conectados con su familia. La pareja de cruceristas aprovecha las escalas que los cruceros hacen en distintos puntos de Australia para visitar a sus hijos, nietos y bisnietos. Además, tal y como contaba Ren van Rooyen, gerente del hotel a bordo del Coral Princess, Marty y Jessica son «una especie de celebridades locales», por lo que les resulta muy fácil hacer amigos durante sus viajes.

Como contaba la pareja en un reportaje de The Telegraph, también aprovechan esas escalas para visitar a amigos de todo el mundo que han hecho durante sus viajes. «Cuando nuestro barco visita otros países, nos reunimos con la familia y los amigos que hemos conocido en el mar en lugares como Irlanda, Canadá, Países Bajos, Alaska y Nueva Zelanda», aseguraba Marty al diario británico.

Vivir a bordo de un crucero

Lo más habitual es imaginar a los cruceros como un lugar provisional en el que alojarse durante unas vacaciones. Sin embargo, del mismo modo que hay personas que viven permanentemente en hoteles, también los hay que viven todo el año a bordo de los cruceros.

Ese es el caso de Marty y Jessica a los que, según aseguran sus hijos y nietos, les sale más barato vivir a bordo del crucero que en una residencia de ancianos. De acuerdo a sus declaraciones, el presupuesto incluye todo: desde comida ilimitada, hasta la cama hecha diariamente. Además, se incluye el acceso a actividades y servicios médicos a bordo, lo cual supone una ventaja importante para personas de edad avanzada.

Para mantenerse saludables y activos, los jubilados han creado una rutina diaria sencilla pero efectiva que incluye una hora de tenis de mesa juntos cada mañana. Este ejercicio diario contribuye a su bienestar físico y mental, mientras disfrutan del paisaje cambiante y los múltiples servicios que les ofrece el crucero.

Aunque esta forma de vida tiene múltiples ventajas, no todo es perfecto para la pareja. Un gran inconveniente es el constante cambio de zonas horarias mientras viajan por el mundo, lo que les dificulta mantener un control claro del tiempo transcurrido y puede generar cierta desorientación.

Además, Marty confesó en tono de broma que extraña «poder conducir a donde quisiera ir cuando quisiera», una limitación propia de la vida en el mar. Sin embargo, estos pequeños contratiempos son considerados como detalles menores frente a la experiencia de vivir a bordo de un crucero y disfrutar de un estilo de vida único que para ellos es más económico y satisfactorio que un geriátrico tradicional.

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Imagen | Princess Cruises

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Una pareja de jubilados embarcó en un crucero de lujo y llevan tres años navegando: «es más barato que una residencia»

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Rubén Andrés

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