Es una operación sin precedentes. La mayor compra en la historia de los videojuegos. Microsoft pagará de golpe 68.700 millones de dólares para hacerse con Activision Blizzard, a razón de 95 dólares por acción (cerca de un 45% por encima de la cotización actual). Tras esta operación, Microsoft se situará como la tercera compañía de videojuegos más grande, únicamente superada por Tencent y Sony. Claro está, el tamaño de la empresa liderada por Satya Nadella va mucho más allá.
Una compra de estas dimensiones no se materializa de la noche a la mañana. Antes de eso deberá pasar por las revisiones de los distintos organismos reguladores, quienes podrían decidir que la compra va contra las leyes de la competencia e incluso llegar a bloquearla.
Aquí os explicamos cuál es el proceso anunciado por Microsoft para cerrar la incorporación de los 10.000 empleados de Activision Blizzard, integrar sus míticas franquicias como ‘Warcraft’ o ‘Call of Duty’ y aprovechar toda la fuerza de la compañía comprada para convertirse en el gran rival a batir dentro del sector de los videojuegos.
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El enorme poder de Microsoft atraerá todas las miradas de los reguladores
Microsoft es un claro ejemplo de ‘Big Tech’. Una de esas compañías tecnológicas tan grandes que incluso los gobiernos no tienen claro hasta qué punto pueden regular que sigan creciendo. Como hemos visto en operaciones recientes como la de NVIDIA con ARM, los reguladores pueden tachar de anticompetitiva la compra, lo que a la práctica supone que la integración entre las dos empresas no se puede llevar a cabo oficialmente.
La de Activision Blizzard es la mayor compra de Microsoft en su historia. En septiembre de 2020, la compra de Bethesda con franquicias como ‘Doom’ o ‘Fallout’ por 7.500 millones de dólares sorprendió a muchos, pero ha quedado de golpe empequeñecida. Fuera del sector de los videojuegos, Microsoft ha estado muy activa en la compra de grandes empresas. Sin embargo, el hecho de que las empresas compradas fueran de sectores diferentes ha permitido que Microsoft obtuviera el visto bueno de los reguladores.
En abril del año pasado se gastó 19.700 millones de dólares en Nuance (reconocimiento de voz), en 2018 compraron por 7.500 millones de dólares Github (desarrollo) y en 2016 se hicieron con LinkedIn por 26.200 millones de dólares, hasta la fecha la operación más grande de la compañía. La adquisición de Activision Blizzard es el doble que su anterior compra más grande.
A pesar de la enorme cantidad de dinero invertido, sabíamos que Microsoft tenía reservas suficientes para afrontar una operación de este calibre. En febrero de 2021 el Financial Times informó de una negociación para comprar Pinterest por 51.000 millones de dólares. Meses más tarde se habló de Discord por unos 12.000 millones de dólares. Pero quizás la operación no materializada que más dio que hablar fue la de TikTok. Una compra fallida que el propio CEO de Microsoft definió como «lo más extraño que he trabajado en mi vida».
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Anticipándose a posibles cuestiones organizativas, desde Microsoft ya han anunciado cómo quedará la estructura de Activision Blizzard dentro de Microsoft. Bobby Kotick quedará por debajo de Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming y mandamás de Xbox.
Microsoft explica que la transacción está sujeta a la revisión regulatoria y la aprobación de los accionistas de Activision Blizzard, quienes deberán dar su visto bueno una vez la junta directiva de las dos compañías ha aprobado la operación.
El calendario previsto es que el acuerdo se cierre en junio de 2023. Hasta entonces, las dos compañías seguirán operando independientemente (pese a que no se descarta que lleguen a múltiples acuerdos). 18 meses para aprobar definitivamente una compra que afecta a miles de personas y donde intervendrán organismos de decenas de países diferentes.
Para la operación cuentan con Goldman Sachs como asesor financiero. Entre los múltiples avisos legales que hace Microsoft está el hecho que todos estos planes están sujetos a cambios, desde que los accionistas de Activision Blizzard rechacen el acuerdo hasta la ocurrencia de eventos imprevistos o dificultades en las operaciones de integración de los equipos o la tecnología. Todos los detalles ya han sido trasladados a la SEC en la FORM 8-K.
El tamaño de la industria del videojuego y el metaverso como argumentos para recibir la aprobación
Con el propio comunicado de la operación, Microsoft ya ha empezado a poner encima de la mesa algunos argumentos para justificar la compra ante los reguladores y que los organismos competentes no les pongan pegas.
El primer argumento de Microsoft es que la industria de los videojuegos es la mayor del mundo del entretenimiento, con un rápido crecimiento y un valor de mercado de 200.000 millones de dólares. Bajo ese contexto, Microsoft seguirá siendo un rival más entre los más grandes, pero todavía con competencia por parte de otras empresas como Tencent o Sony. Microsoft transmite la idea de que el mundo de los videojuegos es tan grande, que hay suficiente hueco para todos.
Algunos datos para apoyar esta versión es que en 2021 se presentaron un 64% más de videojuegos que en 2020 y que el 51% de los jugadores en EE.UU emplean más de 7 horas a la semana en jugar a través de las distintas vías. En la actualidad hay 3.000 millones de jugadores y esperan que crezca hasta los 4.500 millones de jugadores. Un número considerablemente más grande que los 100 millones de jugadores de Xbox o los 400 millones de jugadores mensuales activos que tienen los juegos de Activision Blizzard.
Cifras que Microsoft remarca en su comunicado de compra y previsiblemente serán ofrecidos a los reguladores como argumento de que incluso tras la compra, Microsoft y Activision Blizzard siguen teniendo un porcentaje relativamente reducido de la industria del videojuego.
La apuesta por los juegos móviles es otro de los aspectos con los que Microsoft puede defender la compra. El 95% de los jugadores también juega en móvil y la compra de Activision Blizzard y franquicias como ‘Candy Crush’ les permitirá reforzar un área donde hasta ahora no tenían gran presencia.
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El aspecto del entretenimiento es también un sector donde Microsoft no tenía una posición dominante. Franquicias como ‘Warcraft’, ‘Call of Duty’ o ‘Diablo’ son muy reconocibles y podrían permitir a Microsoft impulsar contenido audiovisual basado en ellas.
El último argumento es que la compra de Activision Blizzard servirá para «proporcionar bloques de construcción para el metaverso», según explica la propia Microsoft. Un nuevo sector en auge que esta compra supuestamente ayudaría, introduciendo a los usuarios en esos mundos virtuales a través de los juegos. ¿Qué tiene que ver esto con la aprobación regulatoria? Básicamente es un intento de justificación de que el «terreno de batalla» es más amplio y uno donde Microsoft tiene múltiples competidores.
Imagen | Jae C. Hong (AP)
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La noticia
Qué pasos tiene por delante Microsoft para que el regulador apruebe la operación más grande de la historia del videojuego
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Enrique Pérez
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