Martin Scorsese tiene una larga carrera en el cine y no solo cuenta en su filmografía con largometrajes de ficción sino también con un gran número de documentales. Uno de ellos es El último vals (1978), en el que retrata el concierto de despedida de la agrupación The Band que tuvo lugar el Día de Acción de Gracias de 1976 en el Winterland Ballroom de San Francisco y contó con artistas invitados de la talla de Neil Young, Van Morrison y Bob Dylan.
Luego de rodar en vivo durante el concierto, aún quedaban tomas por realizar, material extra y también entrevistas a los integrantes de la banda, algo que Scorsese llevó a cabo en los estudios de MGM. Esta segunda parte del rodaje llevó una semana, tras la cual el director le entregó un papel a su amigo Robert Robertson -integrante del grupo- en el que decía: «Esta ha sido la semana más feliz de mi vida«.
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La profunda amistad entre Scorsese y Robertson
Scorsese no solo era amigo del fallecido músico sino que también era un declarado fan de The Band, por lo que este proyecto fue más que especial en su carrera. De hecho, días atrás se conoció la noticia de la muerte de Robertson y el director se manifestó a través de un comunicado: «Robbie Robertson era uno de mis amigos más cercanos, una constante en mi vida y mi trabajo. Siempre podía acudir a él como confidente. Un colaborador, un consejero. Traté de ser lo mismo para él».
Y finalizó: «Mucho antes de conocerlo, su música jugó un rol central en mi vida, en mí y en millones de otras personas en todo el mundo. La música de The Band, la propia música de Robbie, parecía nacer desde lo más profundo del corazón de su contenido, sus tradiciones, tragedias y alegrías… No hace falta decir que fue gigante, que su efecto en el arte fue profundo y duradero. Nunca hay suficiente tiempo con alguien que amas. Y yo amaba a Robbie».
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