El pasado 3 de junio arribó a Netflix el film Interceptor, una película de acción protagonizada por Elsa Pataky que logró ubicarse en lo más alto de las tendencias de la plataforma pero no conquistó a la crítica. La historia sigue a “la capitana de una base interceptora de misiles a distancia. Cuando un ataque coordinado simultáneo amenaza la base, debe recurrir a sus años de entrenamiento táctico y experiencia militar”.
Desde Espinof critican la mala utilización de las referencias a películas clásicas de acción y también la mixtura poco feliz de temáticas y subtramas: “Una cosa muy llamativa de Interceptor es que durante todo el metraje parece como si Pataky estuviera canalizando a su Steven Seagal interior, pero es que además la propia película también apunta en más de una ocasión en esa dirección”.
Y agregan: “De hecho, salvo por un par de apuntes que la enclavan de lleno en el periodo actual -incluido un deficiente intento de conectar todo con el movimiento #MeToo-, estamos ante una obra que perfectamente podría haber sido un espectáculo de acción llamado a hacer más ruido en los videoclubs durante los años 90 que en cualquier otro sitio“.
Desde The Guardian también se hace hincapié en las claras llamadas a un cine ya vintage, pero que no termina funcionando ni como homenaje ni como rescate: “Es definitivamente no cool, sin el guiño a la nostalgia que uno podría esperar, y en su propios términos tontos de alguna manera funciona. Es fácil de digerir pero difícil de recordar”.
Finalmente, el New York Post destruyó al film, dejando en claro que las producciones originales de Netflix están experimentando una evidente decadencia: “Netflix tortura una vez más a los suscriptores. Un episodio malo de JAG que se atreve a ir tanto de la aniquilación inminente de cada ciudad americana por 16 misiles rusos robados y el #MeToo“.
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