Desde el pasado noviembre, España está exportando energía a unos niveles de récord. Hay que remontarse a 2005 para encontrar unos niveles del precio de las exportaciones en la energía tan altos. Nuestro país cada vez vende más energía a vecinos como Francia y Portugal, pese a que podríamos utilizarla nosotros para abastecer la demanda y así ayudar a rebajar el precio de la energía.
¿Por qué España decide vender esa energía en vez de aprovecharla para evitar la necesidad del gas y rebajar el coste de la energía? La respuesta la encontramos en las interconexiones. Os explicamos en qué consisten, por qué son necesarias y por qué es una buena noticia que las exportaciones estén creciendo pese a que ello haya podido repercutir negativamente en el precio de la energía en nuestro país.
España vende energía casi 10 veces más barata que el actual valor de mercado
España dispone de interconexiones con Portugal y Francia desde donde envía grandes cantidades de energía. Son acuerdos establecidos previamente y puede llegar a llamar la atención que el precio pactado está muy por debajo del precio mayorista que estamos viendo y se prevé para 2022.
Para este 2022 ya se han realizado las subastas y el resultado es que las interconexiones han crecido un 233%. Gracias a ello, el sistema eléctrico español recibirá 110 millones de euros, el triple del año pasado.
¿Y el precio? 33,77 euros el megavatio hora entre Francia y España por 600 MW para cada hora del año. Una ganga si lo comparamos con el precio mayorista actual, pero en realidad se trata del valor récord histórico de estas subastas. Más barato se ha vendido la energía a Portugal, a razón de 0,14€/MWh por 580 MW para cada hora del año.
Si nos fijamos en los datos de Red Eléctrica de España, vemos que las interconexiones están en máximos y España vende a Francia mucha más energía de la que importa. Este fenómeno es estacional, ya que en invierno sus centrales nucleares están cerradas y a Francia le viene bien recibir la energía renovable española. Contrasta con la tónica de los primeros años, donde más del 80% del volumen eran importaciones. Ahora ese 80% es energía que España da a Francia.
Vistos los precios, uno puede preguntarse por qué España «regala» energía a Francia a unos precios tan baratos cuando podríamos estar utilizándola nosotros. Sin embargo, las interconexiones son un elemento clave para entender el mercado eléctrico europeo y su importancia va más allá del precio al que se ofrezca la energía.
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Para qué sirven las interconexiones y qué deberes tiene pendiente España
España cuenta con varias líneas de conexión con Francia y está previsto un cable submarino desde el País Vasco que duplicará la interconexión. Según El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), están planeadas tres nuevas interconexiones con Francia para alcanzar los 8.000 MW. Un largo camino, ya que actualmente la interconexión con Francia está en los 2.800 MW a través de 8 líneas.
Las interconexiones tienen múltiples beneficios para optimizar la producción y obtención de energía. La primera de ellas es garantizar la continuidad del suministro. Si por ejemplo nuestro país no pudiera acceder a determinada cantidad, estas interconexiones sirven para recibir la del vecino.
También aportan estabilidad y eficiencia. Este último punto es relevante, ya que permiten dar salida a los excedentes. Al hacerlo a un precio tan bajo, esto ayuda a que el precio mayorista no suba tanto porque parte puede ser energía importada a precios bajos.
¿Qué tipo de energía se exporta? Principalmente aquellas que no emiten CO2. En España renovables y en Francia sobre todo nuclear. A medida que aumenta la capacidad de interconexión, se maximiza el volumen total de producción renovable que el sistema es capaz de integrar.
Pese a la importancia de las interconexiones y su avance, España sigue sin alcanzar el mínimo de un 10% que recomendó la Unión Europea para 2020, siendo además el único país europeo en quedarse corto, con un 6%, según La Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E).
Las interconexiones son clave para que no se desperdicie energía. Y España sigue a la cola de Europa.
«Tener una buena interconexión ayuda a bajar el precio. No debemos olvidar que la Unión Europea exige un 10% de conexiones internacionales para 2020 y para el 2030 de un 15%. En España no llegamos al 4% con Francia. Y es un problema. Imagina que empezamos a montar molinos y placas, con mucho sol. Pero si nuestra interconexión no nos permite vender la energía excedente, tenemos que parar máquinas, con la respectiva pérdida económica», explica Joaquín Giráldez, experto de Ingebau, consultoría especializada en el mercado eléctrico.
Por qué el precio está fijado tan bajo: hoy por ti, mañana por mí
Como con la disyuntiva del PVPC, el precio de la energía de estas interconexiones es considerablemente más barato porque se tratan de acuerdos bilaterales. Los envíos de energía entre países se encuentran bajo supervisión y se intenta que el nivel de capacidad de intercambio siempre sea el máximo, manteniendo los criterios de seguridad.
Si tenemos de referencia los 33,77€/MWh de la primera subasta con Francia podemos pensar que es muy barata, pero hay que entender que el coste de producir energía renovable es muy bajo. Este precio es mucho más bajo que el resultante del sistema marginalista y el impacto del CO2 y el gas, pero es más alto que el propio de las renovables.
Todo sea dicho, las interconexiones también pueden llegar a contribuir de manera negativa temporalmente en el precio de la energía. Según Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, el récord de diciembre de la energía fue debido en parte al cierre de las centrales nucleares francesas. Esto implicó que Francia exportó el «máximo de la electricidad posible, impactando por tanto en el precio del mercado mayorista español y en la demanda de gas natural». El pasado mes de noviembre se vendió a Francia el equivalente a casi toda la producción fotovoltaica de España.
Las interconexiones siguen el lema de «hoy por ti, mañana por mí». En invierno España da energía a Francia porque las renovables siguen funcionando pero las nucleares están cerradas. Pero el resto del año España recibe energía a precios bajos gracias a la nuclear francesa. Mientras nosotros le vendemos las renovables a 33,77€/MWh, la primera subasta la hemos comprado a 6,21€/MWh, por 760 MW de capacidad.
De cara al futuro, la intención es crear un Mercado Interior de la Electricidad en Europa (MIE), uno donde las interconexiones sean tan comunes que la energía pueda fluir libremente entre todos los Estados miembros, se genere una estandarización de los precios y se reduzca la dependencia del gas, ya que cuando no hace viento en el Mar del Norte, quizás las nucleares francesas funcionen o quizás haga un sol radiante en España.
Imagen | Karsten Würth
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La noticia
Carísima aquí, «regalada» para Europa: qué sentido tiene que España exporte tanta electricidad en plena crisis
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Enrique Pérez
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