Hoy puede sonarnos disparatado, pero hacia el siglo XVIII los periódicos de Londres publicaban crónicas sobre cómo podías salir a la calle, darte un buen paseo por la city y no cruzarte con nadie que conocieras. La capital inglesa no llegaba siquiera a las 600.000 almas, pero era ya por méritos propios una de las grandes metrópolis europeas, un lugar dinámico, con un comercio efervescente y una «talla XXL» que sorprendía a los recién llegados y, lo más importante, en la que empezaba a fraguar un concepto al que hoy ya estamos más que familiarizados: el anonimato.
Si alguno de aquellos periodistas del Londres de Händel visitasen hoy Dhaka, la capital de Bangladesh, es probable que se quedase sin palabras. En la metrópoli del sur de Asia no es fácil ya darse un paseo y no encontrar absolutamente a nadie a quien saludar; directamente es probable que si allí te mueves por tu barrio, a escasos metros de donde vives, no reconozcas ni una cara.
¿Por qué?
Mucha gente… y contaminación
Pues porque, por término medio, en cada kilómetro cuadrado de la megaciudad habitan 36.900 personas, más o menos las mismas que viven en todo el municipio de Oleiros, en A Coruña; o en Tudela, Navarra. Ese es al menos el cálculo del anuario Demographia World Urban Areas, que sitúa el área urbana de Dhaka como el de mayor densidad de población del planeta, muy por delante de la segunda, Kinshasa (República Democrática del Congo), con 33.200 habitantes por km2. A modo de referencia, en Londres apenas pasan de 6.000 y en Nueva York la media es de 1.700.
¿Significa eso que la capital de Bangladesh es la ciudad más poblada del globo? No. Solo que sus vecinos son los que viven más apiñados. La palma en cuanto a censo se la lleva, como desde hace tiempo, Tokio, con un área urbana de 39,1 millones de personas, buena parte de ellas residentes en la propia ciudad. En segundo y tercero lugar estarían las conurbanciones de Jakarta y Delhi.
La peculiaridad de Dhaka se explica en gran medida por su tamaño y su volumen de población. Según los datos que maneja Demographia, el área urbana de la capital de Bangladesh acoge a unas 16,8 millones de personas y alcanza una extensión de 456 kilómetros cuadrados. En cuanto a censo, el área metropolitana bangladesí es en realidad la 17º más poblada, por detrás de Bangkok, Moscú o Kolkata. Si nos fijamos únicamente en el tamaño, Dhaka es de lejos una de las más pequeñas. Entre las 50 principales áreas urbanas analizadas en el estudio solo hay una menor, Ahmadabad, en la India. El área de Dhaka es de hecho alrededor de 18 veces más reducida que Tokio.
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A pesar de su pequeña «huella urbana», el informe señala que la capital de Bangladesh ha experimentado «un desarrollo periférico considerable» a lo largo de los últimos años. Tanto, que antes su densidad de población era sensiblemente mayor y llegaba a sobrepasar con creces de los 40.000 vecinos por kilómetro cuadrado. El informe elaborado en 2012 advertía incluso que había barrios de las zonas marginales en los que la concentración era mucho mayor. Otro hándicap de su enorme padrón es que, al calcular el ingreso promedio, el resultado es muy bajo, lo que la convierte —destacan— en una de las áreas urbanas «menos productivas económicamente».
La capital bangladesí no destaca únicamente en el ranking de las ciudades más apiñadas. Según recoge The Daily Star ostenta el cuestionable honor de ser una de las urbes más contaminadas del planeta. Hace unos días el diario se hacía eco de la pésima calidad de su aire, un problema con el que, recuerda, la capital asiática lidia desde hace tiempo. «Se vuelve insalubre durante el invierno y mejora durante el monzón», recoge. Entre los principales focos de la polución destaca los hornos dedicados a la elaboración de ladrillos, el tráfico y el polvo que genera la construcción.
Más allá de sus condiciones de vida, lo cierto es que Dhaka juega un papel fundamental en la política y la economía de su país. La metrópili centraliza la vida institucional de la nación y solo la ciudad y la gran región de Dhaka —apunta The Statesman— representan aproximadamente una quinta parte del PIB y casi la mitad de los empleos de Bangladesh. Su peso poblacional es igualmente claro. En el conjunto del país residen algo más de 160 millones de personas; en el área urbana, 16,8.
Aunque el estudio elaborado por los técnicos de Demographia señala con claridad a la capital de Bangladesh como el área urbana de más de 500.000 habitantes con la mayor densidad de población del mundo, lo cierto es que el cálculo no resulta sencillo. En su análisis tiene en cuenta, por ejemplo, las «huellas urbanas», que se fijan con la extensión urbanizada, no los límites administrativos.
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Otros rankings aúpan al primer puesto a ciudades que también registran una concentración considerable de personas, como Malé, la capital de las Maldivas. Aunque su censo es bastante más pequeño que el de Dhaka, su reducido tamaño la somete igualmente a un notable hacinamiento. Otros estudios señalan el caso de Mumbai, una de las mayores ciudades de la India, donde Demographia calcula que residen un millar de personas por cada kilómetro cuadrado.
Imágenes | MD Sifat Jahan (Unsplash) y Shafiqul Islam (Unsplash)
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La noticia
37.000 vecinos por kilómetro cuadrado: la increíble densidad de Dhaka, el área urbana más abarrotada del planeta
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Xataka
por
Carlos Prego
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